Tito Beveridge no siempre fue conocido como “el tipo del vodka”. Nacido y criado en San Antonio, Tito fue a Vanderbilt durante un año antes de regresar a Texas para asistir a la UT (Universidad de Texas en Austin), en donde se graduó con títulos en geología y geofísica. Después de la universidad incursionó en el negocio del petróleo y el gas. Después de hacer eso en Texas, más tarde se encontró en Venezuela y Colombia manejando tripulaciones sísmicas de dinamita helioportátiles. Volvió a Texas y fundó una compañía de perforación en Houston. Finalmente se cansó de "perseguir la plata” y decidió mudarse a Austin.

En Austin, Tito se incursionó en la geología de las aguas subterráneas, y luego pensó que sería bueno darle una oportunidad al negocio hipotecario. Fue en esta época, en el 92 o 93, cuando empezó a preparar vodka saborizado para regalarlo a sus amigos. Una noche estaba en una fiesta y un extraño se le acercó y le dijo: “Oye, tú eres el tipo del vodka”, y él dijo: “No, al contrario, soy el tipo de la hipoteca". Pero eso realmente hizo pensar a Tito...

Cuando las tasas hipotecarias subieron un par de puntos, comenzó a ir a licorerías para preguntar a los propietarios y gerentes si comprarían sus vodkas saborizados. Todos lo rechazaron diciendo: “¡No, mira todo el polvo que se está acumulando sobre esas botellas de por allá!” Pero entonces le dijeron a Tito que si podía crear un vodka que fuera tan suave que se pudiera beber directamente, entonces podría ser algo interesante.

Así que, naturalmente, Tito, que nunca había destilado nada en su vida, les preguntó cómo se podía hacer eso. A lo que respondieron: "No lo sé, ¡tú eres el tipo que quiere meterse en el negocio del vodka!”

Así que Tito se propuso aprender cómo destilar. Eran los años de principios de los noventa y antes del internet, así que realmente no había ninguna información fácilmente disponible, y casi parecía como si hubieran quemado en la biblioteca todo libro sobre cualquier tema relacionado con las bebidas espirituosas y la destilación. Eventualmente y a través de su investigación, Tito descubrió un montón de fotos de viejos fabricantes ilegales de licor y bustos de la era de la prohibición. Comenzó construyendo alambiques basándose en las fotos, con tubería de cobre y una simple freidora al aire libre como calentador, y empezó a cocinar. Tito simplemente siguió jugando con el alambique y la receta hasta que encontró un proceso y una receta que parecía gustarle a sus amigos. “Básicamente, seguí trabajando y trabajando en ello. Compramos de cada botella de vodka que había en los estantes, los pusimos en envases de cristal, los probamos todos y elegimos los dos mejores. Cuando los míos superaban consistentemente a esos dos, entonces supe que tenía la fórmula correcta”.

Una vez que tuvo "un vodka tan suave que se podía beber directamente”, Tito trató de obtener un poco de financiamiento, pero se topó con pared. Los inversionistas lo rechazaron una y otra vez, convencidos de que nunca obtendría los permisos necesarios, ya que nunca había habido una destilería legal en Texas, y que nunca podría conseguir un distribuidor. Así, terminó tomando el dinero que había ahorrado mientras trabajaba en el extranjero, y juntó 19 tarjetas de crédito por un monto de alrededor de $ 88,000. Tito construyó una destilería de un solo hombre, luchó para reformular las leyes en Texas, sentando el precedente para el movimiento de las microdestilerías, construyó una estación de producción y simplmente se metió en el negocio.

Al principio, Tito trabajó día y noche en la cabaña de una habitación, cocinando vodka y durmiendo esporádicamente. Pasó sus días destilando, catando, embotellando a mano, colocando tapas y poniendo pegamento en las etiquetas de papel. Recorría la ciudad de Austin reuniéndose con licorerías y bares locales y llevando su vodka a fiestas, presentando su marca y creando un escuadrón de seguidores leales. Tito se dirigía a casa exhausto y emocionado; para despertar al día siguiente y hacer todo de nuevo. “Salía, lo hacía y lo vendía, y volvía y hacía más y dormía al lado del alambique, ¿sabes?, simplemente así fue como empecé”.

Le tomó más de ocho años a la compañía el asentar su estrategia. Hoy en día, Tito's Handmade Vodka es una de las marcas más exitosas del mercado y sigue siendo uno de los licores más puros disponibles. Sin saberlo, Tito comenzó una revolución y se ha mantenido fiel a esas raíces emergentes desde entonces.